• El pastel que nunca se acababa

    El pastel que nunca se acababa

    El pastel que nunca se acababa ¡Ploc! ¡Ploc! ¡Ploc! Las gotas de lluvia repiqueteaban sobre el tejado de la pequeña panadería de Alina. Afuera, el viento aullaba, y las calles del pueblo estaban desiertas. Dentro, Alina observaba con tristeza sus estantes casi vacíos. Apenas le quedaban unos cuantos panes duros y un poco de harina.…

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