La Fábrica de Nubes

Muy, muy arriba, más alto que los pájaros y casi tan alto como las estrellas, flotaba una fábrica muy especial. No era una fábrica común, con humo y ruidos fuertes. Era la Fábrica de Nubes.

Allí trabajaban los Nubitécnicos, unos seres pequeñitos con cuerpo de algodón y alas. Su trabajo era fabricar las nubes que vemos en el cielo: nubes grandes como barcos, nubes delgaditas como hilos, y nubes con formas de dragones, helados o elefantes.

La jefa de la fábrica se llamaba Doña Bruma, una Nubitécnica mayor con gafas de rocío y voz de susurro. Siempre decía:

—Cada nube tiene un propósito. Algunas traen lluvia, otras tapan el sol para que nadie se queme, y otras solo están para jugar a encontrarles forma.

En la Fábrica de Nubes, cada nube nace pequeñita, como un pomponcito blanco que apenas flota. Las nubes bebés se crían en una sala especial, donde aprenden a llover, flotar, esconderse y hacer formas graciosas.

Una de ellas, llamada Nubina, era muy curiosa. Siempre preguntaba:

—¿Qué hay debajo de nosotros? ¿Cómo es la Tierra?

—No puedes bajar todavía —decía Doña Bruma—. Aún eres una nube bebé. No sabes volar bien.

Pero Nubina era impaciente. Una noche, mientras todos dormían, quiso asomarse al borde del cielo… y ¡resbaló!

Cayó, dando vueltas y rodando entre las estrellas, hasta que aterrizó suavemente en la Tierra, justo sobre la cabeza de un elefante llamado Pako, que se sorprendió mucho:

—¿Qué es esto tan suave? ¿Una almohada del cielo?

Pako se dio cuenta de que la nubecita no hablaba mucho, solo lloraba gotas chiquitas. Estaba perdida y asustada.

Así que Pako decidió ayudarla. Juntos recorrieron selvas, ríos, montañas, y desiertos buscando una manera de devolverla al cielo. En el camino, Nubina ayudaba a regar flores, daba sombra a los monos, y servía de cama para los cachorros.

Descubrió que la Tierra no era peligrosa. ¡Era hermosa!

Pero también aprendió algo más: su lugar era allá arriba, con sus hermanas nubes.

Al final, Pako y otros animales construyeron una torre hecha de árboles y ramas y cuando Nubina estuvo lista, subió poco a poco… ¡hasta llegar de nuevo al cielo!

Doña Bruma, al verla, suspira aliviada.

Desde entonces, la Fábrica de Nubes manda a las nubes jóvenes a hacer “Viajes de Aprendizaje” a la Tierra, para que entiendan a quién ayudan desde el cielo… y así hagan su trabajo desde el corazón.

🌟 Peque:

Imagina que tú fueras una nube por un día…

¿A dónde irías? ¿A quién ayudarías desde el cielo?

#LaFábricaDeNubes#CuentosQueInspiran#ImaginaciónInfantil#HistoriasParaSoñar#AppDeCuentos

Tu cuento
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.