La máquina de hacer amigos

Una noche oscura y silenciosa, en el rincón más escondido de su habitación, Lucas observaba su escritorio lleno de herramientas, cables y piezas de metal. Desde que sus padres le regalaron un pequeño taller para su cumpleaños, había estado trabajando en algo muy especial. Algo que podría cambiar su vida para siempre.

“¡Lo tengo!” exclamó Lucas, levantando una pieza brillante de metal. “¡La máquina de hacer amigos!”

Era un robot, pero no un robot cualquiera. Este tenía la capacidad de hacer que cualquier niño se sintiera acompañado, entendido y feliz. Lucas lo había diseñado con un propósito claro: ayudar a aquellos que, como él, se sentían un poco solos.

El robot, al que llamó Amigo, tenía una gran pantalla en su pecho que mostraba caritas sonrientes, y unos ojos que brillaban con colores cálidos. Pero lo más importante era que Amigo sabía cómo escuchar. Cuando alguien le hablaba, el robot respondía con palabras amables y siempre sabía qué decir para que el niño no se sintiera solo.

“Hola, Lucas”, dijo Amigo con una voz suave y amistosa. “¿Qué vamos a hacer hoy?”

Lucas sonrió, pero algo en su corazón se sentía extraño. Aunque Amigo era muy simpático y siempre estaba dispuesto a hablar, Lucas sabía que algo faltaba. A veces, las palabras de Amigo no sonaban como las de un amigo real. No había risas, ni juegos, ni aventuras como las que los niños compartían con sus amigos de verdad. Lucas quería saber si la máquina realmente podía ayudarle a hacer amigos de carne y hueso, no sólo un robot que lo acompañara en su cuarto.

“Amigo, ¿puedes enseñarme a hablar con otros niños?” preguntó Lucas con curiosidad.

Amigo parpadeó sus ojos brillantes y dijo: “Claro, Lucas. Para hacer amigos, slo tienes que ser tú mismo. Hablarles, compartir, preguntarles cómo están. ¿Qué tal si vamos al parque y pruebas?”

Lucas se quedó pensativo. El parque estaba lleno de niños, pero siempre se sentía un poco tímido. ¿Y si nadie quería hablar con él? ¿Y si no le entendían?

Pero decidió intentarlo. Con Amigo a su lado, salió al parque. Al principio, todo parecía igual. Los niños jugaban y reían, pero ninguno se acercaba a Lucas. Sin embargo, algo extraño ocurrió. Amigo comenzó a hacer sonidos divertidos, como si quisiera llamar la atención. “¡Pio-pio! ¡Miau-miau!” decía, mientras se movía de un lado a otro.

Un niño, al ver al robot haciendo esos ruidos, se acercó curioso.

“¡Qué chulo! ¿Cómo se llama?” preguntó el niño.

“Se llama Amigo”, respondió Lucas, sintiéndose un poco nervioso, pero aliviado de que alguien había hablado con él.

“¿Puedo tocarlo?” preguntó el niño.

“Claro”, dijo Lucas, sonriendo. “A Amigo le encanta conocer nuevos amigos.”

Y así, poco a poco, más niños se fueron acercando, interesados por el robot. Lucas comenzó a hablar con ellos, compartiendo historias sobre las aventuras que había tenido con Amigo en su taller. Los niños se rieron, jugaron y comenzaron a contarle a Lucas sus propias historias. Fue entonces cuando Lucas comprendió algo muy importante: no necesitaba una máquina para hacer amigos. Solo necesitaba ser él mismo y estar dispuesto a compartir.

Al final de la tarde, Lucas ya no se sentía solo. Había hecho nuevos amigos, y Amigo, el robot, había sido el puente para que todo sucediera. Pero lo más importante fue que Lucas aprendió que, aunque la tecnología puede ayudarnos, los mejores amigos son aquellos que están dispuestos a reír, jugar y compartir con nosotros en el mundo real.

“Gracias, Amigo”, dijo Lucas, abrazando a su robot.

Amigo sonrió con su pantalla brillante y respondió: “¡Estoy feliz de que lo hayas descubierto, Lucas!”

Desde ese día, Lucas nunca volvió a sentirse solo.

Peques:

¿Qué haríais si tuvierais un robot como Amigo? ¿Os gustaría tener uno?

Tu cuento
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.