Era lunes por la mañana y en la clase de la señorita Clara todos estaban sentados, esperando a que empezara la actividad del día.
—Hoy vamos a escribir una redacción —dijo la señorita con voz alegre—. Se llama “Mi mejor amigo o amiga”. Pensad en esa persona especial con la que compartís los mejores momentos.
Lucía se quedó un segundo pensando. Luego sonrió y escribió en la parte de arriba de la hoja:
Mi Mejor Amigo se Llama Alex
Y empezó a escribir, muy seria, pero con el corazón contento:
Alex es mi mejor amigo desde que teníamos cinco años. Nos conocimos en el parque, cuando él estaba llorando porque se le había volado su gorra roja. Yo lo ayudé a buscarla. No la encontramos, pero desde ese día jugamos juntos casi todos los días.
Alex se inventa juegos rarísimos como “el suelo es lava” o “el escondite sin esconderse”. A veces no entiendo las reglas, pero siempre acabamos riéndonos mucho.
Un día, en el recreo, me caí y me raspé la rodilla. Todos los demás se fueron a jugar, pero Alex se quedó conmigo. Me dio su pañuelo (que olía a galletas) y se sentó a mi lado hasta que me sentí mejor. No dijo nada raro ni me preguntó cosas tristes. Solo me acompañó. Y eso me gustó mucho.
También me escucha cuando estoy enfadada o triste, aunque no siempre sé explicar por qué. A veces solo me dice: “¿Vamos a correr hasta el árbol grande?” Y corremos, y se me pasa un poco.
Alex me hace sentir valiente. Una vez, me animé a hablar delante de toda la clase porque él me hizo señales desde su pupitre, como si fuera un mimo: “¡Tú puedes, tú puedes!” Y pude.
A Alex le gusta dibujar dragones. Yo no sé dibujar muy bien, pero cuando coloreamos juntos, él me deja usar sus rotuladores chulos. A veces colorea uno de mis dibujos sin pedirme permiso, pero luego me pide perdón y lo arreglamos. Porque ser amigos también es eso: equivocarse y perdonarse.
Mi mejor amigo se llama Alex. Y aunque a veces discutimos por tonterías, como si Batman puede vencer a Goku o no, siempre acabamos riéndonos otra vez.
Yo creo que tener un mejor amigo es como tener una casa pequeña en el corazón donde puedes descansar cuando todo parece difícil.
Y Alex es esa casa para mí.
Lucía terminó de escribir justo cuando la señorita Clara dijo:
—¡Tiempo! ¿Quién quiere leer lo que ha escrito?
Lucía levantó la mano, con un poco de miedo.
Pero cuando terminó de leer, todos se quedaron en silencio unos segundos.
Hasta que Alex, que estaba dos filas más atrás, dijo muy bajito:
—Yo también habría escrito sobre ti.
Y Lucía sonrió.
𝐀𝐩ú𝐧𝐭𝐚𝐭𝐞 𝐆𝐑𝐀𝐓𝐈𝐒 𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐧𝐞𝐰𝐬𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐲 𝐬é 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢ó𝐧 𝐛𝐞𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐚𝐩𝐩 𝐝𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐧𝐢ñ𝐨𝐬.
𝐀𝐩ú𝐧𝐭𝐚𝐭𝐞 𝐚𝐪𝐮í: https://tucuento.eu/#Apuntate
𝐀𝐥 𝐬𝐮𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐫𝐭𝐞, 𝐫𝐞𝐜𝐢𝐛𝐢𝐫á𝐬 𝐥𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐯𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐜𝐞𝐬𝐨 𝐚 𝐥𝐚 𝐚𝐩𝐩 𝐲 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐜𝐤 𝐝𝐞 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐞 𝐢𝐥𝐮𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐞𝐞𝐫 𝐞𝐧 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚.
Peque:
¿Tú también tienes un Alex en tu vida?
¿Quién es esa persona con la que todo parece más fácil?